Había una vez un barco en el que todos sus tripulantes eran números.
Todos tenían un trabajo, menos el CERO, al que despreciaban
porque no valía nada. Por eso el CERO se sentía muy solo.
Un día, el CERO estaba andando por el barco,
cuando de repente, empezó una tempestad. Para sus hermanos mayores eso no era
nada, pero en cambio para él, sí ; y se cayó por la borda.
Decidió que nadando, nadando, llegaría hasta la
orilla. Muy pronto se encontró con los animales feroces del mar. Él quería que fueran sus amigos, pero no
hacían más que molestarle.
Al primero que se encontró, fue al pez espada,
que le cogió con su nariz y le dio vueltas y más vueltas. El CERO le decía:
-
¡
Para! ¡Para! ¡Déjame en paz!
Y cuando el pez espada se cansó de escucharle
gritar, le soltó.
- ¡Uff,
qué alivio! No vuelvo a jugar más con él. ¡Qué mareo!- decía el CERO.
Después de que todos los animales feroces le
hicieran daño, un delfín pasó por allí.
- ¡Ayúdame!
Todos los animales más grandes y feroces del mar, me han hecho daño para
burlarse de mí – pedía auxilio el CERO.
El delfín tuvo compasión de él y le montó sobre
su lomo.
- Muchas
gracias, delfín – le agradeció el CERO. Ahora llévame a la orilla, por favor.
- De
nada – contestó el delfín. Pero no te llevaré a la orilla, te llevaré a tu
barco, que todos te echan de menos.
-
Pero…¿cómo
lo sabes tú?- preguntó el CERO
- Pues
porque he pasado al lado del barco y todos hablaban de un CERO barrigón que
había muerto en el fondo del mar. Creo que eres tú – explicó el delfín.
- ¿De
verdad se preocupan tanto por mí?- preguntó el CERO. Siempre se burlaban ,
porque decían que no valía nada.
-
¡
Pamplinas! – exclamó el delfín . Tú vales más que nadie.
-
¿Cómo?
Eso es imposible.
- Te
equivocas, eso es posible – dijo el delfín- verás, si tú te pones a la derecha
de uno de tus hermanos, aunque sea el UNO, valdréis más que el chulito del
NUEVE. Intenta imaginártelo.
El CERO se lo imaginó, pero no lograba
entenderlo.
-
No
lo entiendo – dijo al fin el CERO
- A
ver – explicó el delfín – si tu hermano el UNO, se pone a tu izquierda, sale el
número DIEZ, que es un número mayor que el NUEVE. ¿lo entiendes ahora?
-
Sí
, ahora sí – contestó el CERO
-
Y
si nos juntamos nosotros , ¿qué sale? – dijo el delfín
-
¡
No sé! – respondió el CERO
-
¡Mira!
Yo me llamo CEN y tú te llamas CERO, si nos juntamos formamos… CEN Y CERO,
igual a CENICERO. ¿ Me entiendes?
-
Sí
– contestó el CERO
Y con esta conversación se fueron al barco. En
cuanto los vieron, todos se pusieron muy contentos.
El TRES cogió al UNO, que a su vez, cogió al CERO. Y por fin, celebraron la fiesta de su regreso.
El TRES cogió al UNO, que a su vez, cogió al CERO. Y por fin, celebraron la fiesta de su regreso.
( María Torres Fabián – 4º Primaria)
Una gran idea el hacer el blog, enhorabuena a quien o quienes se les haya ocurrido, espero pronto más noticias
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