viernes, 6 de marzo de 2015

TERCER CICLO

                     LA NUEVA HISTORIA DEL GATO CON BOTAS



          
        Había una vez un pobre y viejo molinero, que viendo que la muerte le acechaba, decidió reunir a sus hijos para despedirse de ellos y entregarles las pocas cosas que tenía.

   Reunidos sus hijos, llamó a Juan, el hijo mayor de todos, y le dio que para él sería el viejo molino, que los cuidara y aprovechara, luego llamó a Miguel su segundo hijo y a él le dio su burro, para que le ayudara. Finalmente llamó a Lucas, su hijo pequeño, pero ya tan solo le quedaba su gato y fue lo que le dio para que le acompañara.

  Lucas salió de la casa muy enfadado, pensando que su padre se había portado muy mal con él, porque le había dado lo peor. 

- ¡Un gato! - Decía  ¿para qué quiero yo un gato? ¡Menudo chollo!,  ¡ una boca más que alimentar!.

   El gato, que era muy listo, se estaba temiendo lo peor, que su amo en cuanto pudiera se iba a deshacer de él, por eso, se puso a idear un plan. Y así, mientras su amo dormía, el gato nervioso no paraba de dar vueltas por la casa, cuando de repente vio algo brillar bajo un viejo sofá; saltó a cogerlo y era una moneda. - ¡Miau! Una moneda ¡que suerte!
Durante toda la noche pensó y pensó - ¿qué haré con ella?...

   A la mañana siguiente, se equipó unas botas y un gran sombrero y se dirigió al mercado.
   Mientras se dirigía hacia allí, se le ocurrió que podía comprar unos pollitos, los alimentarían y cuando fueran grandes, los venderían y con el dinero que le dieran se comprarían una oveja, que le proporcionaría lana y leche, después la venderían y se comprarían una vaca, la criarían y se harían ganaderos… Mientras el gato pensaba, de pronto, un perro saltó sobre él, por lo que tuvo que salir corriendo, sin darse cuenta perdió la moneda.

    Cuando comprobó que el perro no le seguía, se dio cuenta de que no tenia la moneda ¡que horror¡ y ahora ¿Qué podría hacer? Ya no tenía nada, adiós a los pollitos, a la oveja y a la vaca.

   El gato desesperado volvió al mercado para buscar la moneda, pero no la encontró. En cambio justo al lado de un banco encontró un papel doblado, y al abrirlo cual no fue su sorpresa al descubrir que era un décimo de la lotería.  Al principio pensó que estaría caducado, pero al fijarse bien, observó que el décimo era valido, que se sorteaba esa misma noche.

   Ilusionado copio el décimo y corrió a su casa. Al llegar se encontró a su amo frotando una lámpara que se había encontrado, de pronto la habitación se lleno de humo y salió un genio de ella, que con voz ronca les dijo:

-         Soy el genio de la lámpara y por haberme liberado, te concedo un único deseo, por eso piensa bien lo que quieres.

   Lucas sorprendido no sabía ni que pensar, ni que decir, por eso el gato al darse cuenta, de que su amo no reaccionaba, se abalanzó y mostró al genio el décimo, entonces este comprendió que lo que querían era riqueza y les dijo:
-         Esta noche el décimo os tocará y en millonarios os convertirá.

Y al momento, el genio y la lámpara desaparecieron.

Lucas y el gato, se quedaron aturdidos, no sabían si todo había sido un sueño, o ¿era cierto aquello?
Incrédulos pero deseosos, se pusieron delante del televisor, esperando el sorteo. Cuando por fin, empezó este, comprobaron que uno a uno fueron saliendo los números que ellos tenían en su décimo. ¡Eran ricos! Muy muy ricos, adiós a todos sus problemas… El amo abrazó a su gato y juntos bailaron y brindaron por su nueva vida.

                                                                                          Carlos Fernández Calderón, 6º A
                                                          

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