jueves, 19 de marzo de 2015

TERCER CICLO









Blancanieves y el último día

Érase una vez una niña nacida en un precioso bosque donde siempre daba el sol, llamada Blancanieves.
La pobre niña vivía felizmente con su familia hasta que, su padre se tuvo que ir a la guerra. Porque como hidalgo del rey que era, cumplía con su obligación de proteger al reino.
Después de un tiempo sin tener noticias de su padre decidieron partir en su búsqueda, acompañadas de los siete soldaditos que vigilaban el bosque.

Tras varios días de viaje sin obtener indicio del paradero de su padre, encontraron a uno de sus caballeros, quien los llevó al campamento donde se alojaba.
Éste se encontraba en una camilla malherido, pero muy contento al verlos. Por eso les dijo:
-Chicos, estoy indefenso y no podré continuar con la conquista. Así que lo haréis vosotros por mí.
- ¡Estamos dispuestos a ello! Cuéntenos que debemos hacer.
-Bien, tenéis que ir a un gran castillo poseído por el rey de estas tierras y derrotarlo, pero tened mucho cuidado porque os encontraréis algunos peligros.

Se adentraron en una arboleda luminosa, frondosa y fresca con aromas de bellas flores.
De repente, vieron a un gigante de jengibre. Entonces con sus labios rojos cual carmín, su generosidad y su bella voz, llamó  a los ruiseñores.
-Yolerey, Yolerey, Yolerey  ji, juu.
-Dinos Blancanieves, ¿Qué necesitas?
-Necesito que me ayudéis con el gigante.
Los pájaros se reunieron en bandada y empezaron a picotear a aquel gigante de galleta.
-Gracias, ¿queréis uniros a nuestra aventura?- dijeron los soldaditos.
-Sí, con mucho gusto.
Cayó la noche y la madre de Blancanieves decidió que se tenían que refugiar.Lo hicieron en una cueva.
Se dispusieron a descansar, pero cuando estaban a punto de dormirse, apareció un enorme oso del interior y, asustados, salieron de ahí.
Continuaron el camino, pero ya cansados decidieron parar y dormir un poco.

Al día siguiente, los recogió el príncipe. Blancanieves le preguntó: 
-¿Cómo puedes saber a dónde nos dirigimos?
-Lo sé porque yo también fui elegido.
Tras un viaje lleno de emociones, por fin llegaron al siniestro castillo.
En la entrada estaba Laguna, la dragona que contra su voluntad vigilaba esta fortaleza.
-¿Qué hacéis aquí? - preguntó Laguna.
-Venimos a... - dijo el príncipe.
-Derrotar al rey de estas tierras. - continuó Blancanieves.
-Pues me uno a vosotros, estoy cansada de estar aquí atada con estas cadenas - contestó la dragona.
El monarca se encontraba en la torre más alta.
Para poder derrotarlo tuvieron que recurrir a la magia de la madre de Blancanieves, pues el rey era un gran mago.

Al final lograron abatirlo y las guerras se acabaron.
El príncipe y Blancanieves se casaron, prometiendo a su padre que seguirían conquistando más tierras.


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